Palacio del Inka, después de una amplia renovación de US$15 millones se presenta, como uno de los emblema en la ciudad de Cusco en su 41 cumpleaños.
Desde la impresionante fachada colonial, los huéspedes ingresan a un espacio que los envuelve en colores intensos y texturas que contrastan con las tonalidades oro y burdeos y con la legendaria construcción de piedra típica del Perú. El vestíbulo está bañado por la suave luz que se derrama a través de un techo translúcido abovedado, y los suelos de piedra y las paredes incas complementan la nueva sensación contemporánea y envuelven a los huéspedes en una atmósfera elegante y llena de energía. Por otra parte, desde las azoteas de tejas rojas del hotel puede verse directamente al Qoricancha, el templo inca más importante dedicado al dios sol.
El Palacio del Inka fue originalmente parte de las construcciones incaicas de comienzos del siglo XV, y luego destinadas a conquistadores españoles y habitado por ellos en el siglo XVI. El hotel es un verdadero reflejo de la cultura, la arquitectura y el diseño diversos y vibrantes del Cusco.
La mayoría de las habitaciones superiores cuentan con nichos artesonados de madera oscura, mientras que los pasillos con paredes de color ocre amarillo reflejan los colores de las figuras de Damasco del piso alfombrado. Las camas cuentan con grandes cabeceras de madera enmarcadas en pan de oro y paneles de cuero envejecido y telas vivas y de rica textura añaden un toque de color a sus pies. Mientras tanto, las 17 suites de Casona de los Cuatro Bustos tienes techos de 13 pies de altura, además de piezas clásicas de decoración, como sillas y cofres tallados a mano y escritorios para recrear el ambiente de una mansión colonial del Cusco. Todos los baños están cubiertos con mármol travertino envejecido.
Algo más que habitaciones
El restaurante Inti Raymi y el Rumi Bar son, sin duda, los nuevos destinos gastronómicos del Cusco que ningún viajero debe perderse. Ambas espacios han sido decorados con cortinas de seda y terciopelo, candelabros y lámparas de araña de hierro revestidas de negro y oro, mientras que las columnas salomónicas doradas (propias del churrigueresco) se convierten en signos de exclamación visuales de gran teatralidad. El bar cuenta con una pared inca original y suelos de madera de nogal peruano pulidos, así como vigas de de piedra que conducen a la zona de recepción. El restaurante Inti Raymi es una de las zonas más importantes del hotel, debido a su tamaño y a su atmósfera de claustro. Ofrece opciones culinarias novo andinas y distintivas que gratifican los sentidos a través de una innovadora cocina peruana de la región, así como platos de la culinaria internacional que incorporan ingredientes locales de estación.
El Palacio del Inka ofrece diversas experiencias gastronómicas en sus distintas instalaciones. Un Cheese & Wine con jamones y quesos locales andinos que constituye una verdadera sorpresa para los huéspedes, y unas lecciones de Pisco Sour en el bar, donde nadie se queda sin probar esta famosa bebida nacional. Cualquiera de estas dos opciones son el mejor preámbulo a una cena en el restaurante Inti Raymi.
El spa es totalmente nuevo ha sido concebido para crear experiencias lujosas y autóctonas, como el tratamiento Qoricancha, una exclusiva terapia corporal revitalizadora que envuelve la piel en oro de 24 quilates, el tesoro más preciado de los incas, y da como resultado un glamoroso resplandor dorado.