Darse un gusto en medio de este tiempo aciago es algo que aporta para sumar espíritu al sacrificio colectivo. De Vingo Pattiserie preparó ideas con mucha dedicación para vencer el encierro.

Los especialistas coinciden en que el confinamiento propuesto a partir del coronavirus lleva a los individuos a procesos de depresión o angustia. Sobrellevar estos momentos tiene que contar con algunos pilares clave: no ver noticias más que una vez al día, dormir bien, hacer actividad física, escuchar música y comer bien. En este último punto, además de hacerlo saludablemente y respetando los horarios, es apropiado escuchar a las tradiciones y a aquellos momentos que extraña nuestro paladar.

Así como los cumpleañeros han padecido tortas sin levadura, o torres de Chocolinas a modo de chocotorta sui generis, la vida golpea a la puerta e invita a pasarlo bien, a pesar de todo.

A Sabrina De Vingo el amor por la pastelería le llegó de pequeña de la mano de su nonna. “Ella me transmió la vocación por este mundo de aromas y sabores: anís, chocolates, almendras, licores. De grande, decidí comenzar mis estudios para perfeccionar esta herencia que ella me había dejado”.

Ya en el 2008 se decidió a vender sus primeras creaciones. Primero, entre amigos y conocidos, y al poco tiempo logró tener sus propios clientes. Hoy, después de un largo trayecto recorrido, elije volver con una propuesta renovada, que mezcla su estilo clásico (el que su nonna le enseñó) pero con su sello, su estilo. “El objetivo de mis productos -dice-es brindar calidad, belleza y sabores que transmitan todos estos años de esfuerzo, amor y pasión por la pastelería.

La repostería debe respetar dos pilares para resultar en excelencia: materia prima de calidad y mucha, mucha dedicación.

En De Vingo Patisserie crean postres con una estética moderna y elegante, inspirados en recetas con tradición. Su misión es simple: ¡quieren que comer algo dulce sea una experiencia placentera, inigualable!

No perder las ilusiones es una forma de sostener el confinamiento con espíritu. Que no decaiga, entonces, el sabor.