Los itinerarios del Museo Nacional del Prado se conciben como una invitación a contemplarlo de manera distinta a la habitual. Para ello se recaba la colaboración de profesionales ajenos a la institución y a las disciplinas que en ella tienen acomodo habitualmente. El objetivo es procurar al visitante una mirada distinta pero rigurosa, a nuestras colecciones; una mirada que se fije en temas y asuntos diferentes a los habituales y, en esta ocasión, ofrezca la oportunidad de hacer protagonistas a las mujeres.

Así sucede con “El Prado en femenino”, un relevante itinerario bajo la dirección científica de la profesora Noelia García Pérez, en el que a través de 32 obras, dirige nuestra mirada hacia aquellas mujeres que promocionaron, coleccionaron e inspiraron algunas de las obras de arte más emblemáticas de esta institución.

Este itinerario nos invita, pues, a explorar nuevas narrativas, a conocer relatos tan originales como sorprendentes, en los que las mujeres son protagonistas por derecho propio, como es el caso que nos ocupa: las promotoras artísticas, las patronas de las artes, las mujeres que impulsaron el Museo del Prado y contribuyeron poderosamente a formar sus colecciones en una cronología concreta, de 1451 a 1633, de Isabel la Católica a Isabel Clara Eugenia.

La creación de este itinerario, además, ha ofrecido la oportunidad, por un lado, de exponer algunas obras que permanecían hasta ahora en los almacenes de la institución como los retratos de Isabel Clara Eugenia y Alberto de Austria, realizados por Rubens y Brueghel el Viejo; Juan Federico de Sajonia de Tiziano; Isabel de Valois de Pantoja de la Cruz o Ana de Austria de Bartolomé González y reubicar otras como los bustos de Leonor de Austria y María de Hungría, realizados por Dubroeucq y los Leoni, respectivamente, para ofrecer un discurso narrativo más completo de la colección permanente, y por otro, modificar los títulos y textos explicativos de algunas de las cartelas que acompañan a la obra para presentar un relato actual acorde con el espíritu actual eliminando elementos descriptivos como el de “esposa de” en varias de ellas.

Para explicar quiénes fueron estas mujeres, qué labor llevaron a cabo en el ámbito de la promoción artística y cuál es su vinculación con las colecciones del Museo, este itinerario comienza ofreciendo al visitante una primera sección que, bajo el título «Promotoras artísticas en el Museo del Prado (1451-1633)», nos acerca a los principales retratos de estas reinas, regentes y gobernadoras que se exponen en la colección permanente. Retratos que nos mostrarán las soluciones iconográficas y estrategias visuales empleadas para construir y promover su imagen pública, revelando, al mismo tiempo, los mecanismos de legitimación femenina en el ejercicio del poder. Estas imágenes nos permitirán explorar los usos y funciones asignados a estas obras al dirigir nuestra atención a las cuestiones devocionales, afectivas, de ambición política o gloria personal que subyacen bajo el patronazgo que las impulsó.

La segunda y la tercera sección están dedicadas a las dos promotoras artísticas más destacadas de este período vinculadas a las colecciones del Museo: María de Hungría e Isabel Clara Eugenia, quienes ostentaron importantes cargos políticos. Tras la muerte de su esposo, Luis II, María fue regente de Hungría en nombre de su hermano Fernando I hasta junio de 1527, y gobernadora de los Países Bajos de

1531 a 1555. Isabel Clara Eugenia fue princesa soberana de estos últimos territorios entre 1599 y 1621 junto a su esposo, el archiduque Alberto, y ya viuda, ocupó el puesto de gobernadora hasta su fallecimiento en 1633. Las dos aprovecharon su destacada posición política y la autonomía que les otorgaba su condición de viudas para afianzar su autoridad y mantener sus redes de influencia, pero también para formar dos de las colecciones artísticas más destacadas del Renacimiento europeo. En este sentido, conviene señalar que algunas de las obras y proyectos arquitectónicos que comisionaron fueron especialmente útiles para definir su función y posición en la corte, y, al mismo tiempo, proyectarlas en la escena política internacional.

La selección de obras devocionales, escenas mitológicas y retratos de clara intencionalidad política incluidos en estas secciones nos permitirá conocer mejor a dos de las principales figuras del escenario político europeo de la Edad Moderna, así como a dos de las más destacadas promotoras artísticas de este período.