A #Europa la arrasaba una ola polar inesperada. El clima no parecía enfriar los sucesos que acaecían. Era 1956 y Juan Carlos de Borbón mataba accidentalmente a su hermano menor, Alfonso, de un disparo en la frente con un revólver de calibre 22. Grace Kelly se casaba con el príncipe #Rainiero III. Marruecos se independizaba de #Francia y Pakistán se convertía en la primera república islámica del mundo. El Real Madrid ganaba la primera edición de la Copa de Europa y los militantes italianos abandonaban el Partido Comunista. David Frost visitaba a María Callas en su casa para preguntarle: ¿quién es realmente? Ella le sugirió, luego de 30 segundos de silencio, “hay dos personas en mí”.

Del otro lado del océano, con el mismo frío, #Marilyn Monroe se casa con Arthur Miller, Donald Byrne y Bobby Fischer juegan “la partida del siglo”, Elvis Presley termina de grabar su primer disco y se inicia la aplicación de la vacuna contra la polio, desarrollada por Jonas Salk. 

Cuando 1956 estaba a punto de caerse del calendario llegó a #Milán @StefanoBoeri , una mente que se dejaría imbuir por todas las marcas de su época y su cuna.

Milán, luego de su antiquísima fundación de mano de los celtas, se convirtió con el tiempo en el crisol de propuestas que en cualquier otro sitio mueren abandonadas inviables, mientras que en ella se transforman en vanguardia y tendencia. Es en ella donde el diseño es un lenguaje independientemente. Ese que Boeri aprendió a hablar desde sus inicios.

Te cuento de su historia en mi último #reportaje para #LaNacionRevista
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