Como el ébola, aquello que sucede en África, para la comunidad internacional se queda en África. Mientras no pase sus fronteras, el mundo se lamenta y espera. Algo de eso sucedió en 1994, cuando durante 100 días tuvo lugar uno de los genocidios más grandes de la historia, que exterminó al once por ciento de la población de Ruanda. Miembros de la etnia tutsi fueron víctimas de asesinatos planificados, de modo sistemático y metódico, a manos de sectores radicales de la etnia hutu.

Terry George recoge en Hotel Ruanda, una película realizada una década más tarde, un pequeño milagro que protegió a 1268 refugiados de ambas tribus en un hotel. Des Mille Collines, en Kigali, propiedad de la aerolínea belga Sabena, cuyos principales clientes eran turistas franceses y belgas, cobijó a más de un millar de personas gracias a la inteligencia de su gerente: Paul Rusesabagina.
Con todo el glamour que el considerado padre de la hotelería le dio a estos espacios, César Ritz jamás imaginaría que algunas de sus más célebres obras terminarían siendo escenarios clave en el desarrollo de las guerras. Como escenografía de una película de acción, la invasión a Ucrania por parte de Rusia se ha convertido en una película filmada en vivo y sin extras.

Esta vez te llevo de #viaje por los #hoteles que se convirtieron en emblema de conflictos armados a lo largo de la historia, todo en mi última #crónica para #LNR

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https://www.lanacion.com.ar/la-nacion-revista/a-resguardo-de-beirut-a-sarajevo-y-de-saigon-a-kiev-cuando-el-hotel-se-convierte-en-bunker-en-los-nid16042022//