Exposición “Reclamando la Tierra” en el Palais de Tokyo, París. Hasta el 04/09/2022.

Reclaiming Land es tanto una llamada de atención como un grito de guerra. Esta exposición colectiva se basa en una observación de su asesor científico, Ariel Salleh: “Reunir ecología, feminismo, socialismo y política indígena significa renunciar a la visión eurocéntrica para adoptar una perspectiva verdaderamente global. Deseando pensar el mundo más allá de la división entre naturaleza y cultura, la exposición sigue los pasos de artistas que trabajan de manera diferente con los elementos (tierra, agua, fuego, aire, plantas, minerales, etc.), irreductibles a su simple materialidad. Son a la vez medio y herramienta, vectores culturales, históricos y políticos revitalizados en un contexto de emergencia ecológica.
Catorce artistas, de distintas generaciones y procedencias culturales, examinan así los vínculos entre el cuerpo y la tierra, nuestra relación primordial con el suelo y todo lo que éste nutre, la desaparición de determinadas especies, la transmisión de relatos y saberes indígenas, el rebusque y el coleccionismo, o la justicia social y la sanación colectiva. Estos artistas nos muestran que no estamos “frente al paisaje”, ni “sobre el suelo” sino que por el contrario somos uno con él, creando esa “comunidad del suelo” de la que Rachel Carson, en el origen de la ecología movimiento, habló. Debemos sustituir las relaciones de dominación y subordinación por las de parentesco y alianzas, porque “la Tierra no es ni una reserva natural ni un recurso agrícola, es un entramado de relaciones entre minerales, plantas, animales y humanos”. Es hora de abandonar el modelo obsoleto de sociedad extractivista y poner al ser humano en su lugar; ya no individuos separados de su entorno, sino “entidades relacionales”.
Los artistas de “Reclaiming the Land” nos ayudan a pensar y sentir la naturaleza cargada, intensificada y activa. Buscan la tierra literal y figurativamente, transformando raíces subterráneas en raíces aéreas, (re)destacando historias olvidadas, silenciadas o incluso por inventar. Léuli Eshrāghi, asesor científico de la exposición, muestra así la necesidad de reparación, cuidado y sanación de las culturas indígenas desacreditadas por el colonialismo. Alejándose de una visión eurocéntrica, los artistas desarrollan nuevas conexiones con el entorno. Sus acciones forman un ensamblaje de prácticas y escalas de relaciones: con la tierra, con los ancestros, con la vida humana y no humana, así como con la cultura visual. Se trata de evocar en particular las relaciones indígenas con el territorio, culturas comprometidas,
“En resumen, confiar en una inversión de derechos y deberes en las esferas de los vivos, una impugnación de la dominación humana, una reconsideración de los no humanos como sujetos y ya no como objetos y, en general, un sistema de relaciones cambiantes dentro de los ecosistemas, en lugar de relaciones de poder”, Guillaume Désanges, presidente del Palais de Tokyo.