Ya ni me acuerdo bien qué año era cuando en el contestador de mi moderno teléfono/fax un tal @CharlyAlberti dejó un mensaje en el que, en resumen, me convocaba por recomendación de la entonces editorial .Com a hacerme cargo la campaña de #Apple para Argentina. Pensé: “debe ser un chiste. Un loco que se llama Carlos Alberti y debe vender manzanas”. Igual acordé la reunión.

Allá en la calle Cerviño y Ugarteche, en una casa en primer piso, me recibió Mecha, por entonces esposa de Leo Satragno, me hizo esperar de espaldas al ingreso, baranda de escalera de por medio. Me puse a leer.

Al poco rato llegó mi contacto que, desde la escalera, me lanzó un “Hola, Flavia. Te gusta Soda Stereo?” Guardando el libro, poniéndome en pie y a boca de jarro respondí con sinceridad: “no”.

Así empezó mi relación con Charly, el baterista de Soda. Convivimos haciendo muchas cosas juntos por casi una década, desde #Apple, a su empresa #CybrelDigitalEntertainment , pasando por el regreso de #SodaStereo en su último tour de aquellos años.

Hicimos un equipo interesante, donde teníamos poco que ver en nuestras historias, pero generamos una profunda relación laboral de confianza.

No nos hicimos amigos, pero aún hoy, algún que otro mail cruza de un lado al otro.

A Charly le debo una de las épocas más divertidas de Apple: aquél regreso de #SteveJobs la campaña #ThinkDifferent nacionalizada para la apertura de la oficina local, donde estrenamos el #Tattersal del #HipódromoDePalermo y reunimos a figuras como @Nik, #PérezCeliz, @ErnestoAcher y #Caloi entre muchos otros…

Con inspiración de @FernandoDelGranado , entonces gerente de marketing de Apple para la región, me hice de mi primera #Mac , plataforma que nunca más abandoné.

Para el universo de comunicación local, me convertí en referente sobre Mac. Aprendí de manera interminable y nunca me separé de ese afecto: la manzana.