Cuando se esbozaba el siglo III, en Roma la lucha de conquistas era la regla cotidiana. Se requisaban las casas en busca de jóvenes que pudieran aliarse a los gladiadores para recorrer el mundo y conquistar terrenos para el imperio. Por entonces el emperador Claudius Aurelius Marcus Gothicus, Claudio II, prohibió el matrimonio para los varones más jóvenes, porque los solteros sin familia y con menos compromisos podían unirse con más facilidad a sus tropas.
Frente a la prohibición siempre existe el costado rebelde. Fue un religioso quien decidió, en secreto, violar las normas para casar a aquellas parejas que así lo quisieran. El cura se transformaría con el tiempo en San Valentín. Fue descubierto, juzgado, martirizado y ejecutado el 14 de febrero del año 270.