Al movimiento vegano se suman adeptos en el mundo con constancia. La seducción para incorporarse no siempre se vincula a la conciencia, sino a encontrar sabores que, de pronto, sorprenden por su solidez y riqueza. Brew, desde Mendoza, se le anima al queso. Y sí que lo logra…

En la década de los 40 Donald Watson para diferenciarse del vegetarianismo, haciendo de su convicción un estilo de vida, creó el término “vegano” que derivó en la fundación de uno de los movimientos sociales más importantes en el siglo XXI.

Lo cierto es que se tienen evidencias de personas que decidieron no consumir ningún tipo de producto animal hace más de 2000 años. Ya en la Antigua Grecia, Pitágoras abogaba por la compasión hacia el resto de especies y seguía lo que podría ser descrito como una dieta vegetariana. Buddha solía debatir sobre este tipo de dieta y la incluía dentro de su doctrina “ahimsa” (no violencia) como paso fundamental para lograr la elevación de la conciencia. Genios como Albert Einstein, Nikola Tesla, Leonardo da Vinci e importantes figuras literarias de la talla de Margaret Fuller o el dramaturgo y poeta español Miguel de Cervantes también practicaban el vegetarianismo y condenaban el sacrificio de animales como forma de alimentación.

Fue en 1944 cuando Donald Watson, en una reunión organizada junto a su mujer Elsie Shrigley y otros cuatro compañeros que también seguían dietas vegetarianas estrictas consideraban necesario establecer una nueva palabra más específica que les definiera y diferenciara de los ovolactovegetarianos.

Se descartaron nombres como ‘dairyban’, ‘vitan’ o ‘benevore’ para acuñar un término que cambiaría nuestra manera de ver el mundo. Y apareció el término ‘vegan’, abreviación del vocablo inglés vegetarian (vegetariano/a).

No perder posibilidades

La riqueza alimentaria noe está reñida con los buenos sabores. El queso suele ser una de las atracciones más fuertes para el paladar y que no permite a las intenciones veganas hacerse de la partida totalmente. Su profundidad, diversidad y riqueza es compleja de abandonar.

La alternativa vegana se realiza con sucedáneos del queso de origen vegetal. Se puede hacer con varias proteínas y grasas vegetales. Al igual que con la leche vegetal, el queso vegano se puede hacer a partir de semillas, como el sésamo y el girasol; nueces, como anacardos, piñones y almendras; y soja, maní, aceite de coco, levadura nutricional, tapioca y arroz, entre otros ingredientes. No contiene colesterol y puede ser una buena fuente de proteínas.

Brew, con ímpetu mendocino que llega a todo el país, desarrolla una gama de quesos estilo untable que se presenta en versión clásica, pimiento ahumado, tomates secos y ajo,.

Con bellas presentaciones y sabor que se las trae, funciona como una tentadora puerta de entrada a cuidarse más y ser responsable por el destino de animales y plantea. Fuera de radicalizaciones, tal vez los cambios de a poco son posibles… si lo intentás de la mano de un producto con sutil profundidad, tal vez te convencés de dar un paso más… Todo camino empieza por ahí.