Patricia Leite da una salida a sus recuerdos y afectos latentes a través de un ejercicio visual sumamente particular. Fotografías que capturan escenas bucólicas de viajes o imágenes extraídas de videos que llaman su atención desencadenan un proceso hacia la pintura. Hay múltiples referencias a temas y estilos bien representados en la historia del arte, como la pintura de paisajes y el arte pop, sin embargo, estos recursos se utilizan en el propio lenguaje visual de Leite para expresar pensamientos y recuerdos íntimos; muy parecido a un viejo diario o cuaderno de bocetos lleno de recuerdos recopilados.
Vibrando entre la figuración y la abstracción, la práctica de Leite se ocupa del movimiento de un estado sólido a un momento inconstante. A menudo, al trabajar en paneles de madera maciza, sus capas de materiales y color confrontan al público a través de su abstracción y vitalidad. Trabajando con su fascinación de larga data por la luz, lo que inicialmente puede interpretarse como una hoja, un horizonte o la luna rápidamente se desvanece para convertirse en una observación de dónde se encuentran lo efímero y lo permanente.
Utilizando un contraste de color llamativo, como el verde bosque tropical con el azul cielo nocturno, así como la abstracción, Leite elige sus bloques de construcción para retratar el mundo en diferentes niveles de intensidad. Detrás de sus elecciones se encuentra su deseo de capturar un momento, a partir de experiencias como tomar el sol en Minas Gerais, ver un desfile de carnaval o contemplar el anochecer en la playa.
Patricia Leite (Belo Horizonte, 1955) vive y trabaja en São Paulo. Sus obras han sido incluidas en exposiciones colectivas institucionales como Mínimo, múltiplo, comum, Estação Pinacoteca, São Paulo (2018); Aprendendo Com Dorival Caymmi – Civilização Praieira, Instituto Tomie Ohtake, São Paulo (2016); El circo como universo paralelo, Kunsthalle Wien, Viena (2013); Outra Praia, Museu de Arte da Pampulha, Belo Horizonte (2005).