Cuando a la gastronomía se le pone historia, es porque se juega con el sentido de las cosas. No hay platos por que sí, sino porque no podrían no estar y ser como son. Hoy cocina la nona crea magia y le pone razón de ser hasta a los fideos.

La cocina local es resultado de la mixtura de orígenes. Aún la más autóctona tiena algo de mano de inmigrante intendo dejar su sello. Entre ollas se cuecen los ingredientes, pero también la magia de las historias que se entrelanzan en la charla mientras se caen las cáscaras de las papas o se espuman las claras de huevo.

Suele pasar que la magia del decir eclipse a la cocina. No es el caso en Hoy cocina la nona  Aquí la historia pasa a las recetas con aire de herencia. Hay una impronta muy de mano de abuela, donde todo se hace en la cocina de casa.

La marca llega con el sabor de la comida casera y, con ella, los recuerdos de calidez familiar se hacen presentes, para revalidar el encuentro donde compartir el momento se convierte en memorable.

Los productos caseros están congelados llegan en variedad de harina de trigo o integral, con productos de mercado bien elegidos que se transforman en pastas, tartas, pizzas y panes listos para ser guardados en el freezer de su casa a la tuya, o para ser consumidos de inmediato.

Todo se hace allí. Con la misma inspiración que la historia. Un lindo cuento para leer y degustar.