Que te cuiden no se trata sólo de que te cocinen. Sino también de saber qué y cómo. Pipona’s Food le pone alma saludable a lo que te prepara.

Hay algo de las tradiciones que nos vuelven en estas fechas de quedarse en casa. Algo de la vida puertas adentro, de las ceremonias extraviadas en medio del estrés urbano y las corridas citadinas. Un volver a las fuentes que nos reconecta con la esencia de lo importante.

Comer es mucho más que el proceso fisico de deglución. El alimento es símbolo de muchas metáforas: es el sustento, la mesa llena, el olor a hogar, lo que acompaña el despertar con energía, se combina amablemente con larga sobremesa, se doblega frente los comensales cuando oscurece. Es la saciedad y el hermano ideal que complementa charla y encuentro. Es el cuidarte y saber cómo, encontrar lo que te protege, enriquece, cuida.

La ingesta es una instancia de carga de baterías que excede a lo físico. No se trata sólo de un par de ingredientes mezclados amablemente. Se trata de nutrir alma y espíritu, además del cuerpo. De ponerle pasión. Hay algo de detalle y e cuidado. De que se vea tan bello como sabe.

Las viandas saludables, supervisadas por nutricionista propia, hacen de la propuesta de Pipona’s Food un espacio tentador. No sólo te proveen de viandas, sino que te acercan recetas, soluciones, tips u sugerencias en el terrible momento del “plato en blanco”.

Hay raciones apropiadas, sabores tentadores, variantes numerosas para elegir del menú semanal para que te organices de acuerdo a tus gustos, pero, por sobre todo, hay platos que te llaman irreversiblemente… te imaginabas alfajorcitos de banana y dulce de leche?

Aquello que hacía que la mano de la nona se viera en la comida era el alma que se le ponía. En estos tiempos de turbulencia, recuperar esa caricia que contiene angustias espirituales, pero que también reconstruye la fortaleza física, es una sensación buscada y necesaria. Que te cuiden, se agradece.