Mantener el consumo equilibrado de alimentos es una de las grandes preocupaciones en estos tiempos diferentes. Amigarnos con ciertas costumbres anteriores es una caricia a la incertidumbre. Free vegetales ahora llega a casa con su gama de colores esperanza.

El consumo de platos semejantes a las actuales ensaladas data del Imperio Persa, allá por el año 600 AC. Sin embargo, la ensalada nació como un plato de extracción popular en la antigua Roma. Básicamente, consistía en comer distintas hortalizas que se aliñaban con agua y sal. Si bien en los primeros momentos solo era un consumo de las clases trabajadoras, acabó convirtiéndose en un plato para todos.

Los romanos fueron especialistas en los aliños. Crearon salsas específicas como las  saladas, el garum o el oximiel, una especie de salmuera en la que se zambullían las hortalizas. Con la caída de Roma, no se dejó de consumir este plato. A veces, por simple necesidad de subsistencia, otras, como especialidad gourmet. También hay que señalar que se ha consumido por prescripción facultativa. Aunque es un plato que se da mejor en verano, también se consumía en invierno si había hortalizas disponibles.

Durante la Edad Media, y ya en la Edad Moderna, en Occidente se siguió el mismo principio: las ensaladas como aperitivo. Posteriormente, se han paseado como guarnición del segundo plato en los menús de restaurante, como entrada para deslumbrar en pequeñas raciones, o como opción de fondo. Se convirtieron en una vía láctea de interminables combinaciones y un máster de ingenio en la combinación de todo lo que hay en la heladera.

Hoy casi no se concibe la presencia de las verduras (cocidas o crudas) en el corazón de la alimentación.

En el cajón de tu refri

Con más de 30 años de experiencia en el mercado, lider en proceso de vegetales y frutas naturales, envasadas al vacio, procesadas en el dia. Cuentan con la mejor calidad en frutos secos y una propuesta en permanente expansión. Asisten a comercios gastronómicos pero, además, llegan a tu casa para darte la alegría de hacer de tu cocina un espacio más eficiente y productivo. Además de frutas, verdes, vegetales y frutos secos, acercan huevos y aceites

Cuando uno escucha a los líderes del mundo en gastronomía se encuentra con la tendencia acertada de la economía de mercado: local, de KM 0, con productos de estación, frescos… Consumir frutas, verduras y hortalizas de temporada permite encontrarlos en su mejor momento, hay más disponibilidad, el sabor es mucho mejor y por la creciente demanda el precio baja. Además, comer los alimentos que están óptimos según cada estación asegura la calidad.

Además de los beneficios para la salud que implica consumir productos de estación, se lleva a cabo una acción amigable con el medio ambiente y contribuyendo con la ecología. Los alimentos que crecen respetando los ciclos de la naturaleza serán la mejor elección. El modo en que te llega, limpio, pelado, cortado, sin descartes en casa, es, además de práctico, higiénico, justo en tu precio y más amigable con el reciclado de los orgánicos.

Comprar alimentos de temporada también es una manera de contribuir con la producción local, participar de un circuito sostenible y ayudar a desarrollar las economías regionales.

Una empatía de mercado impecable para entender que las partes pueden ser más que el todo.