Los típicos bares hamburgueseros de Estados Unidos cobran vida en un rinconcito del porteñísimo mundo gastronómico de Buenos Aires. Cuidado al detalle y corazón nacional para encontrarse con un trocito de los deli foráneos. Eso es Chicken Bros, trantando de cambiarle el juego al pollo.

Al lado de la vida cosmopolita y vanguardista de Buenos Aires se teje la tradición de aldea de los inmigrantes que reunieron en su entorno la vida crucial de las comunidades.

La ciudad de Buenos Aires se caracteriza por la diversidad de sus paisajes. El aluvión inmigratorio, matizado con las tradiciones locales, dio vida a una pintoresca realidad que se encuentra aún hoy en las raíces porteñas.

Un cartel personal con inspiración en los clásicos restaurantes americano , pero con impronta propia anuncia lo que viene.  La calidad es el estándar elegido. Cada ítem fue elegido para que aporte su mejor brillo al balance general. La oferta se completa con propuestas muy personales que dejan al comensal sumergido en la indecisión: por dónde empiezo?

 Chicken Bros partió hace 5 años, de la mano de juventud emprendedora inmigrante que extrañaba mucho la comida yankee. Especialmente las alitas de pollo. Comenzaron en su casa, haciendo mini eventos, cocinando alitas de pollo con mucha salsa. Salsas atrevidas, picantes. Naturalmente barbacoa, pero muchos sabores que no podían encontrar en Argentina

Eventos, fiestas, piletas, barcos… hasta que llegaron las ferias gastronómicas. Idearon un proyecto intermedio: un evento, el ‘your monday night excuse’, todos los lunes en el bar donde se encuentran ahora. Vieron una oportunidad: el día que todos cerraban, llegaban los Chicken Bros.

No eran chefs profesionales, pero tampoco lo era la abuela. Les encanta cocinar desde siempre y sabían cual era el sabor auténtico. Nunca se argentinizaron. El truco fue para hacer todo genunio.

Cuando partieron los hacedores del bar que ellos utilizaban los lunes, se lanzaron al proyecto intgral.

A las típicas alitas le siguieron el pollo frito yankee hace tres años. Son AND fried chicken de Estados Unidos. Su equipo se forma por una devenir de norteamericanos de distintos puntos: del sur, de Washington DC, de  Atlanta, de Georgia… de modo que saben cómo hacerlo. Y, es claro, lo viven con alegría. Todo es juego, luego de tomar en serio la cocina y el negocio.

Hoy, a pesar de los vaivenes, siguen vendiendo como antes. Dicen que la causa está en que tienen un producto muy único y es comida  hecha para hacer delivery o take away.

Acomodaron los precios, de las ingeniaron para diseñar una experiencia en casa. Están por lanzar una caja descartable, con un mini juego de ‘Where is Wally?’ Cuentan con una platafora muy amigable y crearon su propia lista de Spotify. Si te querés subir a la locura, además de comer alitas, podés franquiciar. Eso de Changing the Chicken Game in Argentina is really happening.