Una idea potente haciendo destrozos con sus propuestas. Artesano, delicado, cuidado, impecable. Momento de darle ímpetu a los negocios cercanos. Hoy de la mano de Qué rica barrita.

Nos espera un mundo diferente. Todo cambió frente a nuestros ojos en apenas unos días que se transformaron en meses. Lo que fue no será, pero el aprendizaje, cuando se hace, nos lleva a otro estadío que nos enseña un sumergirnos en mundos nuevos. Los emprendedores pequeños son los que más dificultades han tenido para salir adelante en estos tiempos de confinamientos, pandemia, temores y límites. Para ellos las cosas han sido complicadas: los recursos no sobran y todo se hace con esfuerzo. Sin embargo, cuando se comparte se multiplica. Esa es una de las leyes antimatemáticas que la realidad de hoy nos enseña. Encontrar el modo de apoyar a los pequeños negocios, a aquellos que siempre hacen las cosas bien y que se esfuerzan por llevar a sus clientes calidad es un combo excelente que nos va a quedar de costumbre luego de la cuarentena.

El mindful eating es una filosofía que nos invita a llevar nuestra atención a nuestros patrones de ingesta con curiosidad y aceptación, siendo conscientes de cómo tomamos las decisiones de qué alimentos comer, cómo y cuándo

El estilo de vida más extendido actualmente, cargado de prisas, tareas y obligaciones, nos lleva a vivir en un estrés continuo del que resulta complicado abstraerse. Sin embargo, aprender a bajarse de esa montaña rusa constante para disfrutar de lo que tenemos delante y de lo que vivimos en cada momento es el objetivo que persigue el mindfulness, una filosofía procedente del budismo que está basada en la capacidad de vivir el presente sin que la mente se despiste por culpa de otras cuestiones. Y eso mismo, pero enfocado en la comida, es lo que persigue el Mindful Eating, cuyo objetivo es aprender a comer para vivir y no vivir para comer”.

Este es el concepto que aplica Que rica barrita, un equipo de productos dulces que no pueden seducir más a los paladares tentados, pero con comida y sentimientos como un tándem indisoluble.

La clave está en volver a recuperar la capacidad de conciencia y disfrute en lo que se quiere y su goce, eso se consigue al pararse a pensar antes de comer. De esa manera, se tpma conciencia de lo que nos ocurre y eso significa que se será capaz de detectar qué productos nos nutrirán de manera más saludable.

La idea es apostar a lo genuino. Productos totalmente naturales, sin conservantes ni aditivos. Una gama de barritas que sostienen un concepto bien en alto: nutritivo, sano y sabroso.

Presentaciones amables, listas para consumir con un golpecito de tibieza previa. Una gran oportunidad para apostar a esos negocios cuidados, preocupados por su clientela, sabedores de darte lo mejor y protectores de la calidad de lo que te ofertan, están listos para llenar tu despensa haciendo los esfuerzos de estos tiempos que todo lo han hecho más difícil.