La inspiración del sitio, los tonos de la vida, el sonido de la locura que quiere ganarle a las texturas y los espacios. El viento de las ideas y los colores de las estaciones que llenan de variantes la paleta. Todo eso lleva Impecable Glam en sus venas.

Gabi Grossman es de esas personas que uno podría calificar de “loca linda”. Pero, hay que salir de la superficie e ir más allá para darse cuenta que esa es apenas una fina cáscara que esconde un espíritu renacentista. De los que no se conforman con una iniciativa, sino que precisan de explotar creación.

Ella misma te cuenta que su marca su marca ImpeCableGlam surgió a sus 62 años, un año atrás e impensadamente. “Yo era usuaria de joyería contemporánea tanto de aquí como del exterior -cuenta-. Hice un par de cursos por curiosidad y de un día para otro me vi inmersa en un universo nuevo”.

Viene  de varios mundos: el de la arquitectura, el periodismo, la publicidad, la producción de modas, pero “es a partir de la apertura de la glándula pineal, que considero que cambió mi mirada”, asegura.

Sus productos son 100% handmade en material de descarte y se venden en locales de diseño y próximamente en Barcelona. También la encontrás en Proa. Su última creación han sido una serie de anillos experimentales que me dejaron atónita, a mi, la reina del anillo exótico.

Unos días después de conocernos, se puso a experimentar con indumentaria decolorada con lavandina y de ese nuevo lienzo aparecieron ideas interesantes.

No ha de haber nada más bello que la creatividad inacabable. El renacimiento de la posmodernidad lo encarga como nadie ImpeCableGlam, con brillo propio en el concepto de su bijou, y con las ventanas múltiples para que llegue todo aquello que no se espere.