Para hacerlo como se debe la sangre debe llegar al paladar. La histroria de las ollas de casa tiene que estar muy explorada. Marina Becher logra en su proyecto un sabor genuino al trasfondo de las hornallas típicas.
            Ahí cerquita en las puertas del vodevil de la historia, la cocina judia y la armenia se cruzan en puertas que pueden confundirse en sabores, ingredientes y prácticas.  La cocina armenia es tan antigua como su historia, como la tierra que ocupa. Las tradiciones culinarias armenias tienen más de 2000 años. La abundancia de carne en las mesas armenias es el resultado del desarrollo más antiguo de la cría de ganado en las tierras altas armenias, que dio lugar a tal variedad de ganado y aves de corral. La cría de ganado también fue la fuente de varios productos lácteos – básicamente quesos madurados en salmuera, así como productos de leche agria que sirven como base para los platos y bebidas tradicionales armenios.  La gastronomía judía, por su parte, es un reflejo de la cocina de los distintos países donde los judíos han habitado. Los platos que son en gran parte comunes a los de otros pueblos de Europa Central y Oriental, en el caso de la cocina askenazi, o del Mediterráneo y Medio Oriente en la gastronomía sefardí. Esta se corresponde con el conjunto de costumbres culinarias de los judíos sefardíes, que viven o descienden de judíos procedentes de España,1​ Portugal, el litoral mediterráneo de África y los territorios que comprenden el ex Imperio otomano.
            Allí, entonces, en ese cruce de civilizaciones milenarias, es donde Marina Becher hunde sus cucharas. De sus mesada y sus fuegos llegan lajmayin, bohios, knishes, muarras…
     A la cocina se llega por muchos rumbos, pero los que viene de la mística familiar se exuda por todos los poros. A Marina Becher en las reuniones, en los cumpleaños, en el supermercado, a la salida del colegio de sus hijas… Por mail, teléfono, whatsapp, facebook… siempre le hacen las mismas preguntas:  ¿wué puedo hacer de cenar? ¿Cómo hago para que mis chicos coman verduras? ¿Con qué comida puedo sorprender a mi pareja? Quiero preparar algo rico pero saludable, ¿Qué cocino? ¿Cómo hago un postre sin harina?
“En general -cuenta- trato de tirar tips e ideas en el momento. Hubo casos en los que tuve que oficiar de “acompañante terapéutico” por teléfono o por mensaje de texto, organizando el paso a paso de la receta. También, orientando en las compras del supermercado o sugiriendo un cambio de rumbo, cuando se reemplazó un ingrediente fundamental y el plato no estaba saliendo como lo soñaron. Y como cada vez son más frecuentes las consultas -y mi marido ya me mira mal cada vez que agarro el celular para salir al auxilio de un entusiasta cocinero atascado en el intento- decidí convertirme en ¡bloguera!!!”
Creió en una familia dedicada a la actividad gastronómica. Desde chica colaboraba en la preparación de los eventos o en la casa de té que tenían sus padres. A la hora de decidir qué estudiar, se inclinó por hotelería y luego hizo la licenciatura en Relaciones Públicas. Pero, después de ser mamá, se reencontró con la pasión por la cocina y no hubo vuelta atrás. Hoy da clases de cocina, prepara el menú de diferentes reuniones de hasta 20 personas, hace mesas dulces para eventos y vende sus productos.

“En la mayoría de las casas siempre se come los mismo -cuenta-, por costumbre o, simplemente, porque cuesta imaginar qué otras comidas hacer. Me encanta cocinar. Por eso, me parece una muy buena idea cocinar en tu casa  lo que hago para mi familia: comida rica, sana, variada y con un toque gourmet. Puede ser para llenar tu freezer o para una ocasión especial o también por algún requerimiento dietético como comida apta para celiacos, diabéticos, light o cocina Kasher”
        Una carta abiert al cocinar en todas sus formas, seductora tconsistente. Como hacen los chefs que saben. Allí donde ajustan el menú a buenos platos, elaborados con tiempo y holgura de entusiasmo. Un secreto de esos perdidos en el universo culinario al que vale darle más que una oportunidad.