El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta, por primera vez en España, una selección de cartas y postales escritas por pintores como Delacroix, Manet, Degas, Monet, Cézanne, Van Gogh, Gauguin, Matisse, Juan Gris, Frida Kahlo o Lucian Freud, pertenecientes a la colección de Anne-Marie Springer, en diálogo con obras de estos y otros artistas de la colección permanente. Una original propuesta que permite acercarse a los autores de las cartas y a sus creaciones desde lo íntimo.
La selección de cartas y postales se ha llevado a cabo respetando el criterio que dio origen a esta colección particular: la reunión de cartas de amor, pero en ellas encontramos también la expresión de ideas – que los pintores ilustran a veces con pequeños bocetos -, inseguridades, la defensa de su arte, la celebración de triunfos, detalles del proceso creativo de una obra, referencias a acontecimientos históricos y una gran variedad de sentimientos que nos acercan a la vida y personalidad de los artistas de una forma diferente. Merecen una mención especial las cartas escritas en tiempos de guerra por Egon Schiele, Fernand Léger, Gala o Max Pechstein, así como la felicidad, el consuelo y la curación que los autores encuentran en la contemplación y la práctica artística y que transmiten a través de su correspondencia.
Desde los temas más cotidianos a las especulaciones estéticas y profesionales más profundas, estas cartas nos sumergen en la vida de los protagonistas de la historia del arte de los dos últimos siglos y resuenan en las obras del museo, propiciando un enriquecedor cruce de ideas, palabras, caligrafía y pintura que invita a mirar las obras de otra manera: “Me pregunta usted dónde está la felicidad en este mundo. Al cabo de muchas experiencias, he llegado a la convicción de que solo se encuentra en la satisfacción consigo mismo. (…) Por cierto, he encargado un culotte: es el mayor acontecimiento de la semana.” Eugène Delacroix a Joséphine de Forget, 16 de agosto de 1855.
“El cuadro de usted, la vista de una iglesia de Ruán con cielo gris, está muy bien. Aún le falta algo de vida. Los verdes no son bastante luminosos.” Camille Pissarro a Paul Gauguin, mayo de 1885
 “¡Oh! El bello sol de aquí en pleno verano. Te golpea la cabeza y no dudo de que uno acaba volviéndose chiflado. Pero, como ya lo estaba antes, no hago más que disfrutar de él.” Vincent van Gogh a Émile Bernard, hacia el 21 de agosto de 1888
“Cuando tenga el capital en mi bolsillo zarparé de nuevo para Oceanía (…) Absténgase de comentarios, que es inútil: no habrá nada que me impida marcharme, y lo haré para siempre. Qué vida más tonta, la europea.” Paul Gauguin a William Molard, septiembre de 1894.
“Mañana martes por la mañana. Marguerite. Traiga un corpiño de satén.” Edgar Degas a Marguerite S., 8 de septiembre de 1894
“El Támesis era oro puro. Qué bonito ha sido, por Dios… Tanto que me he puesto a trabajar con frenesí, siguiendo el sol y sus reflejos en el agua.” Claude Monet a Alice Hoschedé, 3 de febrero de 1901.
“Ayer domingo, por la mañana, trabajé en la alcazaba, pero no fue una buena mañana. En el bolsillo llevo un frasquito de tinta china que se abrió y me manchó mucho el chaleco, que por suerte era el de Old England. Luego el hombre al que puse en el cuadro sin decírselo ya no quiso posar, (…) y me impedirá seguir; lástima, porque el cuadro es muy bueno (…).” Henri Matisse a Amélie Matisse, octubre-noviembre de 1912.
La colección de Anne-Marie Springer
“Personalmente, siempre me han fascinado las cartas manuscritas, por su variedad, la belleza de las caligrafías y la expresividad de la escritura, que a menudo es una plasmación perfecta del mensaje que transmiten. Son objetos únicos, de múltiples facetas, y enormemente reveladores sobre el alma humana.”
Anne-Marie Springer empezó a coleccionar cartas de amor en 1994, tras el nacimiento de su hija, y en la actualidad son ya más de dos mil las piezas que atesora en su colección. La más antigua data del siglo XV y la más reciente de los años 1970, ampliando con el tiempo el interés inicial por la correspondencia romántica hacia temas diversos como la historia, la literatura, los espectáculos, la música y todas las artes en general. La primera carta que llamó su atención fue una firmada por un joven Napoleón Bonaparte a su mujer Joséphine. En los últimos años, su interés se ha centrado en cartas de pintores, en las que destaca la coherencia que encuentra en ellas entre su arte y su pensamiento, o sugerentes correspondencias entre el estilo pictórico y la caligrafía, como en el caso de Egon Schiele.