La inspiración del sitio, los tonos de la vida, el sonido de la locura que quiere ganarle a las texturas y los espacios. El viento de las ideas y los colores de las estaciones que llenan de variantes la paleta. Todo eso lleva Kiwi Clothes en sus venas.

De pronto el mundo se detuvo. Aquello que era cuestión de películas empezó a pasar en la puerta de tu casa y la quietud nos llegó a todos. La batalla emprendedora, sin embargo, no se hizo eco. Así es como Kiwi Clothes puso marcha firme para hacer que pase lo que deseaba.

La pandemia nos enfrentó a temores de ciencia ficción. A una serie de sucesos de que sólo vimos en los libros y que parecían que iban a quedar allí. De hecho, imaginar al mundo entero guardado en su casa, era una utopía que de ser vista en un film hubiera parecido exagerada.
Cada cual actúo bajo su criterio. Hubo aquellos que le pusieron ímpetu a sus ideas y que consideraron buen momento para crear, para hacernos salir de este tiempo que parece un páramo. Llenarnos de color y muchas buenas ideas.
Así fue lo que pasó a Kiwi Clothes que, con pasión por la moda, en esta época de la vida digital, crearon un interludio interesante, donde proponen una tienda con prendas que curan en una elección armónica para mujeres como ellas. La idea es que sus clientes lleven un producto de calidad, versátil, cómodo y con una mirada cool y renovada, a un precio accesible y que se sientan únicas
Les dieron espacio a las prendas para todas para que les quepan más sueños, vestiditos que reinvindican la textura para el verano, hay unas prensas que hacen pensar en paseos profusos o comodidad casera.
Este momento nuevo que nos pintó la cuarentena, aquello de pasarla tan bien dentro como fuera, perdiendo un poco el límite del uso de las prendas y aprovechándolas en el «mientras tanto», cuando vivimos soñando en estar mejore, cuando podemos estarlo ahora, en el mientras.