El Museo Nacional del Prado recupera el formato original de Mercurio y Argos de Velázquez.

Mercurio y Argos, una obra de Velázquez que decoró el Salón de los Espejos del Alcázar de Madrid, el espacio protocolario y representativo más importante del mismo, recupera ahora el sentido de la composición ideada por su autor gracias a un nuevo marco que enmascara en su interior los añadidos y mejora la visualización de la escena, apoyado por American Friends of the Prado Museum gracias al patrocinio de la Fundación American Express, contribuyendo al mejor entendimiento de la obra por parte del público.

Para Miguel Falomir, Director del Museo Nacional del Prado, “el apoyo y colaboración de entidades como la Fundación American Express y American Friends of the Prado Museum hacen que el Prado se enriquezca poniendo en valor el marco como un elemento fundamental para el correcto visionado de las obras”.

Añadidos históricos a Mercurio y Argos de Velázquez. En el siglo XVIII la obra sufrió un añadido que consistió en una banda de unos 25 cm que recorre todo el extremo superior, y otra más estrecha, de unos 10 cm, en el inferior. Esta operación se repitió en varias obras más destinadas a decorar el llamado Palacio Nuevo, recién construido, y tenía como objetivo adecuar las dimensiones de las pinturas a su nuevo contexto decorativo. En el caso de Mercurio y Argos, alteró la lectura formal de la composición, cuyos personajes invadían de manera más decidida el primer plano. Incluso alguno de ellos se proyectaba hacia el espacio del espectador, como ocurre con Argos, cuya rodilla rebasa el espacio ilusorio del lienzo.

Un nuevo marco El objetivo ha sido recuperar el formato original a través del marco sin intervenir en la pintura, y así devolver el sentido de la composición ideada por Velázquez. Para ello se han estudiado diversos modelos de marcos de época para, finalmente, encargar una reproducción según marco español de finales del siglo XVI- mediados del siglo XVII, tomando como modelo uno perteneciente al Museo, en concreto el marco de la obra de El caballero de la mano en el pecho del Greco. Un moldura sobria y elegante que encaja en época y estilo con la pintura, a la vez que enmascara en su interior estos añadidos. La realización material del marco corresponde al artesano José Manuel García.

Esta proporción nueva de la pintura constituye un gran avance ya que se consiguen unos detalles y matices que la aproximan sensiblemente al momento de su creación con gran certeza y precisión.

En palabras de Tomás Fernández, Director Financiero de American Express España: “Estamos encantados de poder participar en este proyecto tan innovador donde el Museo del Prado nos permite poner nuestro granito de arena en la conservación de obras tan relevantes como Mercurio y Argos o Las Hilanderas de Velázquez el año pasado. También queremos agradecer a American Friends of the Prado Museum por el excelente trabajo realizado en este proyecto y su misión filantrópica a favor del Museo del Prado”.

Christina Simmons, Executive Director American Friends of the Prado Museum, agradece enormemente la generosidad y sensibilidad de American Express Foundation por su implicación en este importante proyecto, que aúna la voluntad de dos instituciones en su afán de apoyo al Museo del Prado. Del mismo modo, manifiesta su reconocimiento por esta colaboración cuya finalidad es ofrecer al público un mejor conocimiento de estas obras, al tiempo que contribuir a su presentación y conservación.

Enmarcando el Prado es una iniciativa de gran importancia para el Museo Nacional del Prado que nace en 2019 abordando como primera necesidad una de las obra singulares del Prado, Las Hilanderas de Diego Velázquez.

El cuadro de Las Hilanderas sufre una readaptación en el siglo XVIII, se amplía su tamaño original en todo su perímetro. Esas alteraciones influyen en la correcta lectura del contenido, percibiendo la escena del fondo mucho más alejada. Siguiendo un criterio de conservación, el objetivo del proyecto se centra en recuperar el tamaño original de la pintura para su adecuada comprensión, sin realizar ninguna intervención directa sobre la obra.

Con esta idea se crea un sistema de enmascaramiento que no dañe la obra, una estructura panelada que pueda ocultar los añadidos posteriores y, sobre ella, un falso marco que encierra la imagen y cumple con las funciones de uno real en todos sus aspectos.

El diseño y realización de la estructura corre a cargo de Myriam Rubio y la empresa Prasur, y el del marco por el artesano José Manuel García. Para ello se utilizan diseños realizados por el propio Museo, según modelos de marcos lisos del siglo XVII españoles.

El Museo del Prado atesora una colección de marcos amplia y heterogénea, tanto en técnicas como en estilos artísticos, desde el siglo XIII al XX. Por este motivo los marcos están en constante revisión y cuidado siendo parte fundamental de la presentación de las obras de la colección.

Se trata de un objeto con valor artístico en sí mismo, pero siempre ligado a la obra que enmarca con la que mantiene un dialogo constante y fluido. A lo largo de la historia, los marcos han ido variando con el devenir de los estilos artísticos, llegando a conformar verdaderas obras de arte. Entre sus múltiples funciones destacan la de proteger y sustentar la obra, aportar color y luz e incluso, dar información sobre lo representado en la pintura.

Durante mucho tiempo han sido olvidados, pasando a ser un elemento secundario y meramente decorativo. Desde el Museo del Prado llevamos años apostando por su puesta en valor y, en consecuencia, por la mejora en la visión de las obras que enmarcan. En los últimos años el Museo ha realizado, y sigue realizando, un gran esfuerzo por estudiar a fondo su colección de marcos, sin duda de gran interés. Para ello se han puesto en marcha varios mecanismos de estudio que ayudan a completar toda la información de las piezas. Trabajos de fotografiado, medición y siglado de todas las piezas, registro y documentación, creación de una base de datos completa con la catalogación de cada marco incluyendo datos de estilo, datación, fabricación, autoría, técnicas, procedencia o bibliografía entre otros. Conservación y restauración de las piezas, junto con la documentación de los procesos. Estudios analíticos no invasivos. Readaptaciones y búsquedas de marcos de época para nuevas adquisiciones y mejoras de los existentes en la colección permanente… y una multitud de programas con el fin de conocer y revalorizar la colección.