Arte gastronómico que deslumbra a los sentidos que convoca más allá del sabor. Filosofía de equipo para atravesar las penurias donde el grupo importa más que el individuo. Una base cultural para una experiencia milenaria. Un obentō para celebrar con filosofía quedándonos en casa.

Hay algo de las tradiciones que nos vuelven en estas fechas de quedarse en casa. Algo de la vida puertas adentro, de las ceremonias extraviadas en medio del estrés urbano y las corridas citadinas. Un volver a las fuentes que nos reconecta con la esencia de lo importante.

Comer es mucho más que el proceso fisico de deglución. El alimento es símbolo de muchas metáforas: es el sustento, la mesa llena, el olor a hogar, lo que acompaña el despertar con energía, se combina amablemente con larga sobremesa, se doblega frente los comensales cuando oscurece. Es la saciedad de cualquier momento de vacío y el hermano ideal que complementa charla y encuentro.

La ingesta es una instancia de carga de baterías que excede a lo físico. No se trata sólo de un par de ingredientes mezclados amablemente. Se trata de nutrir alma y espíritu, además del cuerpo. De ponerle pasión. Hay algo de detalle y e cuidado. De que se vea tan bello como sabe. El obentō es una pequeña caja con una ración de comida para llevar de tradición japonesa, que generalmente tiene una base importante de arroz, carne, pollo o pescado (proteínas) como plato principal y encurtidos o verduras para acompañar.

Delivery con concepto

Para los japoneses, esta caja debe contener mucho más que alimentos para comer fuera de casa, sino que debe ser un regalo para los sentidos. Una comida equilibrada, nutritiva y además, visualmente atractiva.

“En Japón es muy común que las madres se levanten temprano para preparar el obentō para que los niños lo lleven a la escuela, y para el almuerzo del trabajo. Es una de las maneras de crear un vínculo con el hijo o con la pareja.  Hasta suelen hacer cursos o comprar libros para que sus chicos tenga el bentō más vistoso y nutritivos”, comenta Sergio Asato, presidente de Club Gastro Japo.

En junio de 2018 un grupo de emprendedores gastronómicos -pequeñas empresas familiares que se dedicaban a la cocina nipona- decidió unir fuerzas para trabajar en forma colaborativa.

La red creció y hoy no solo Club Gastro Japo comparte experiencias, proveedores y capacitación, también se identifica por su amor por la cultura japonesa, el “omotenashi” (su legendaria hospitalidad) y el deseo de ofrecer a sus consumidores un producto acorde al “Kaizen”, el arraigado concepto de la “mejora continua”. Con japoneses, nikkei (descendientes de japoneses) y no nikkei (argentinos nativos) como parte del team, cada cual en su barrio y cada local con su característico estilo. “Un barquito flotando solo a la deriva en el mar fácilmente puede ser volteado por una ola. Sin embargo, si varios pequeños barquitos navegan juntos a la par será mucho más difícil que se hundan y ése espíritu de equipo caracteriza al pueblo nipón”, describe Sergio Asato de Social Sushi quien, junto a Naomi Kanemoto -propietaria de Sashimiya- y Alejandra Kano -sushiwoman y propietaria de Ichisou, uno de los restaurantes japoneses pioneros en la Argentina- se convirtieron en socios fundadores de Club Gastro Japo y apostaron por la cocina japonesa “aprovechando la excelente materia prima que nos brinda Argentina, tanto en su mar como en su tierra”, señala Kano. El Club Gastro Japo hoy reúne a más de 90 establecimientos de Ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires y planea expandirse aún más.

En apoyo al #YoMeQuedoEnCasa el @ClubGastroJapo  propone diferentes alternativas de #BentoGastroJapo – as famosas viandas japonesas- para pedir a domicilio, una solución perfecta para no tener que salir de casa pero poder comer rico y saludable.

Encontrar un amigo que solucione la ingesta, pero que te dé el calor de cocinar en casa es un mimo al alma que suma para hacer de cada día un lugar de disfrute. Un lujo para hacer de este tiempo uno más amable.