Para comerlos con la velocidad de Speedy González, estos hijos dilectos de la cultura mexicana, crecen con cariño, se producen con caricias y se entregan con la mirada de una mamá amorosa que espera que devoren lo que cocinó. Maity es esencia pura del alma argentina.

Los nachos, aunque nacidos foráneos, han sido adoptados internacionalmente y reúnen la mística del encuentro y uno de los ingredientes preferidos por todos los paladares. Conjugan buen producto, con esmerado hacer, junto a ingredientes exclusivos, pensados para que sepa más sabroso y tenga identidad. Maity es un proyecto de alimentos bien hechos. Ese producto que se encierra en un paquete ilusionado de ser devorado con suspiros uno tras otro.

Parece que los nachos son obra de las casualidades. Su origen, en su versión más aceptada, indica que  cierto día un grupo de mujeres estadounidenses, entraron al restaurante en donde trabajaba Ignacio Anaya como jefe encargado de la cocina, que se llamaba Club Victoria. Pidieron algún aperitivo para degustar durante su charla. No se sabe ciertamente si era demasiado temprano o demasiado tarde. Lo cierto es que el lugar no tenía los ingredientes necesarios para preparar un menú. Ante la emergencia, Ignacio pensó en utilizar los ingredientes con los que contaba en ese momento. Tomó un montón de tortillas cortadas en triángulos y fritas, les agrego queso y ajíes picados y los metió al horno.
Las mujeres quedaron encantadas y para sorpresa del propio Ignacio preguntaron entusiasmada cuál era el nombre de la preparación, Ignacio rápidamente y respondió: “Nacho’s Special”.

“Maity es una nueva marca de alimentos a base de plantas que busca transformar la industria alimenticia -cuenta Jerónimo, uno de los dueños de la idea-. Queremos seguir disfrutando de los productos que siempre nos gustaron pero que nunca evolucionaron. Creamos Maity, para que todos podamos disfrutar de un rico snack, pero estando al día con el planeta”.

La historia del emprendimiento tiene algo de curioso, tanto como la de los nachos. “Queríamos juntarnos con varios amigos -sigue Jerónimo-, y me tocó encargarme de la picada, y para esto tenía que contemplar que dentro de este grupo había personas con distintas restricciones alimenticias. Al llegar al supermercado, me llevé una gran decepción, ya que, a la hora de elegir snacks, me di cuenta de que las marcas y los productos seguían siendo las mismos de siempre, y que después de tanto tiempo, no habían evolucionado. Seguían utilizando las mismas recetas de siempre, con una larga lista de ingredientes artificiales con nombres inentendibles, ninguno hecho 100% a base de plantas, y no tenían ningún aporte nutricional para nuestra dieta. Por este motivo, decidimos crear algo distinto, algo que, a su vez, este comprometido con el ambiente que lo rodea. Y por eso creamos Maity. El snack 100% natural que nos cuida a todos”.

Maity es saludable, rico y natural. Todos sus productos son a base de plantas, ya que creen que las proteínas del futuro son vegetales, por eso agregaron legumbres a todos sus productos. Incorporando proteína vegetal en la dieta- “Actualmente -continúa- nuestro portafolio cuenta con Nachos a base de garbanzos, con dos sabores, Original y Paprika, y estamos lanzando este mes dos nuevos sabores, Cebolla y Queso Vegano.

Tradicionalmente los nachos son hechos a base de maíz. Maity viene con una propuesta diferencial, ya que, al agregarle garbanzo, este snack es fuente de proteína y fibra. Además, el gran diferencial que tiene Maity está en sus ingredientes, ya que no usan artículos artificiales, logrando así una etiqueta mucho más limpia, donde todos pueden ver lo que realmente estamos consumiendo. “Queremos que sea un snack para todo el mundo, por eso hacemos productos libres de gluten y apto para veganos”.

El mercado de alimentos a base de plantas no es un nicho, sino que es un mercado ya instalado que no deja de crecer. “Antes veíamos que los consumidores de este tipo de alimentos tenían que elegir entre algo saludable/natural o algo rico, eran condiciones que no iban de la mano. Actualmente esto cambió, y los consumidores exigen todo eso, pero además productos ricos y de calidad. De esta manera la experiencia de consumo es completa”.

El resultado es goce puro. Uno arranca abriendo el paquete con la idea de “¿sabés cuántos probé?” y lo dejan boquiabierto, con ganas de comer uno a uno con fruición placentera de que duren… Mucho…