Sin zozobras, pero con trascendencia; afincadas en la historia y vislumbrando el frente, esta hija dilecta de la misma ciudad de la mítica piedra, crecen con cariño, se producen con caricias y se entregan con la mirada de una mamá amorosa que espera que devoren lo que cocinó. Tandileza es esencia pura de a tradición argentina.
Reúnen la mística del encuentro y uno de los ingredientes preferidos por todos los paladares: el dulce. Conjugan buenas raíces, con esmerado hacer, junto a ingredientes exclusivos, pensados para que sepa más sabroso y tenga identidad. Tandileza es un proyecto de tortas bien hechas que saben a lo que desearon. Ese producto base de cualquier tarde, postre, tentación… que se encierra en un caja alhajero ilusionada de ser devorada con suspiros una miga tras otra.
Tandileza es lanzada en el 2019, pero ya en el 2018 comenzamron a elaborar la receta. Su origen se escabulle en el intento de aportar a la canasta de artículos regionales dulces. Talndil ya tenía alfajores, conservas y una torta que fuera de fácil conservación, natural, sin aditivos ni conservantes químicos, inspirándose en la naturaleza de la zona, podía ser una opción que sume a la oferta gastronómica.
Con la idea en mente, comenzaron a investigar la identidad de Tandil, basándonse en qué colectividades vinieron allí y qué aporte hicieron a la gastronomía en cuanto a los condimentos.
Con esa carga de arqueológica empezaron a desarrollar la receta.
Un par de meses antes de llegar al año dieron con el sabor que querían dar a la Tandileza, nombre que emergió en esta etapa.
La presentación la hicieron en el Museo del Fuerte, el espacio tradicionalista de Tandil, con apoyo del municipio.
Detrás de Tandilesa están Paola y Amelia, que hacen todo lo que la marca necesita: desde la compra al manejo de proveedores, pasando por elaboración, distribución, actualizar las redes sociales.
Con la idea en mente, comenzaron a investigar la identidad de Tandil, basándonse en qué colectividades vinieron allí y qué aporte hicieron a la gastronomía en cuanto a los condimentos.
Con esa carga de arqueológica empezaron a desarrollar la receta.
Un par de meses antes de llegar al año dieron con el sabor que querían dar a la Tandileza, nombre que emergió en esta etapa.
La presentación la hicieron en el Museo del Fuerte, el espacio tradicionalista de Tandil, con apoyo del municipio.
Detrás de Tandilesa están Paola y Amelia, que hacen todo lo que la marca necesita: desde la compra al manejo de proveedores, pasando por elaboración, distribución, actualizar las redes sociales.
Una historia redonda
La torta tiene dos partes, como si fueran dos recetas. Una es la salsa: la mezcla de licores y condimentos que se convierte luego en el ingrediente principal de la torta porque es ahí donde se maceran las pasas de uva y luego se agrega salsa a la torta.
Tiene nueces, semillas de girasol y pasas. Su mixtura le da este sabor tan particular y lo principal es que con el tiempo va mejorando su humedad, su sabor y la textura, adquiriendo arriba una especie de manteca que se asemeja a la consistencia del dulce de leche sin serlo- Con el paso del tiempo se va macerando. Una torta con vida propia. Es la torta característica de Tandil, se van a seguir sumando productos dulces a la marca Tandileza.
Esta idea versátil fue pensada para acompañar el café, el té o el mate y disfrutarla como llega; o también a partir de ella se puede crear un postre: con agregados sencillos, tibia o helada. Un toque extra: el dato curioso de Tandil que llega con cada una.
El resultado es goce puro. Uno arranca abriendo el la caja con la idea de “¿sabés cuántas porciones me comí?” y lo dejan boquiabierto, con ganas de comer una, y otra, y otra… con fruición placentera de que dure… Mucho…