Hay alegría cuando se empiezan a escuchar algunas situaciones que nos vuelven poco a poco a nuestras costumbres. Que todo funcione nos anima. Esto pasa cuando el Palacio Duhau Park Hyatt Buenos Aires te anuncia que abre sus puertas.

El ícono de la elegancia porteña, abre su nuevo año  con propuestas para hacer una pausa en la ciudad. Esos sitios que estuvieron al alcance de los que nos visitaron, ahora nos miran a los ojos a los vecinos que los vemos cara a cara caminando por la calle.

Con ese objetivo idearon paquetes especiales para disfrutar del placer de hacer check-in en el Palacio,   reconectar y crear nuevos recuerdos compartidos con pareja o con amigos.

El cuidado, la gastronomía y el arte de la atención al detalle esperan en el Palacio Duhau-Park Hyatt Buenos Aires.

  Hay alternativas que van de una noche de alojamiento con desayuno y parking, a opciones con almuerzos, cenas, vinos recomendados, masajes, etc.

Y no se han quedado sólo en esa idea, sino que hay algo de goce personal al alcance de la mano: si alguno se anima a hacer un escape introspectivo que lo lleve a encontrarse con sí mismo en una jornada a solas, con teletrabajo en un sitio para sentirse en el medio de París, aislado del furor de Buenos Aires por un ratito, está todo pensado para recibir a un pasajero solo que disfrutará tanto, o más, que en compañía.

Un clásico palacio francés de la Bélle Époque de Buenos Aires, un magnífico jardín y un edificio contemporáneo y vanguardista conforman Palacio Duhau – Park Hyatt Buenos Aires. Una combinación única en el mundo que tiene lugar en Recoleta, el barrio más tradicional de la ciudad. Con un total de 165 habitaciones, cuatro restaurantes, ocho salones de eventos, un jardín interno con amplias terrazas y un lujoso spa proveen una única y relajante experiencia, con el sello de auténtica hospitalidad que caracteriza a Park Hyatt.

Si algo nos ha dejado este tiempo es el desafío de reencontrarnos primero con lo nuestro. Con esa posibilidad que teníamos a mano y no veíamos siempre como destino posible. Redescubrir lo que tenemos cerca nos abre una nueva perspectiva. Una valoración nueva. Un goce diferente. Y si hay placer en este Hyatt…